Beneficios de las energías renovables en la producción de agua potable
-
El agua y la energía son fundamentales para el bienestar humano y el desarrollo socioeconómico sostenible.
-
Aunque al principio muchos los pasaban por alto, ahora se reconoce ampliamente el papel esencial de ambos en la consecución de todos los ODS.
En todo el mundo, la demanda de agua y energía seguirá aumentando considerablemente en las próximas décadas para satisfacer las necesidades del aumento de la población, las economías en crecimiento, los cambios en el estilo de vida y la evolución de los patrones de consumo. Esto amplificará la presión sobre los recursos naturales escasos y los ecosistemas.
El reto será más grave en los países que están experimentando una transformación acelerada y un rápido crecimiento económico, y especialmente donde los que los recursos hídricos son escasos, las infraestructuras y los servicios relacionados con el agua son inadecuados y los servicios energéticos modernos están poco desarrollados.
El agua y la energía están fuertemente interrelacionadas: el agua es necesaria para producir, transportar y utilizar casi todas las formas de energía; y la energía es necesaria para la extracción, el tratamiento y la distribución del agua, así como para su recogida y tratamiento después de su uso. El agua y la energía son también muy interdependientes, y las decisiones tomadas en un ámbito tienen consecuencias directas e indirectas en el otro. Las decisiones tomadas en materia de agua y la energía también pueden repercutir en otros sectores, y viceversa. Estas interrelaciones e interdependencias son el núcleo de lo que se conoce como “el nexo agua-energía”.
Las grandes crisis regionales y mundiales – climática, alimentaria, energética o financieras – que amenazan el sustento de muchos están interrelacionadas a través del nexo agua-energía. Las personas que carecen de acceso a agua y saneamiento, es probable que también carezcan de acceso a la electricidad.
Por ello, la inversión en infraestructuras de agua y energía es fundamental para conseguir sociedades más modernas y resilientes, y mejorar la calidad de vida de las personas. Además, el desarrollo de instalaciones sostenibles, de agua no convencional y de energías renovables, ayuda a prevenir la degradación del medio ambiente y promueve el impulso de la economía circular.
El obstáculo principal de las plantas de tratamiento de agua siempre ha sido la elevada cantidad de electricidad necesaria para extraer, tratar, transportar y reutilizar el agua. La llegada de la era de las energías renovables de nueva generación parece ser una ventaja considerable en este sentido. Tecnologías como la solar, la eólica y la geotérmica, entre otras, ya están ayudando a llevar agua a más personas en todo el mundo, y de una manera limpia y sostenible.
Ahora, además, existe una nueva energía renovable vinculada al mar, donde el agua es el motor principal: la energía mareomotriz. Esta energía se basa en aprovechar el ascenso y descenso del agua del mar producido por la acción gravitatoria del Sol y la Luna. Es una fuente de energía limpia, que no produce gases de efecto invernadero ni otros contaminantes, y que produce electricidad de manera constante y fiable.
Por otro lado, no hay que olvidarse de una energía renovable que hemos estado utilizando desde la existencia de la electricidad, la energía hidroeléctrica. Los avances tecnológicos permiten obtener energía eléctrica en cursos de agua de características muy diversas, además de las grandes generadoras hidroeléctricas convencionales. Según el manual de minicentrales hidroeléctricas de Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, la producción anual media de energía hidroeléctrica a nivel mundial es de 2.600 TWh, lo que representa aproximadamente el 19% del total de la energía eléctrica producida. Esta energía comparte las ventajas de ser autóctona, limpia e inagotable como el resto de las energías renovables.
Partimos entonces de la idea de si miramos de forma holística el agua, este es una fuente de energía, y que a través de la turbinación y las renovables de nueva utilización, podemos decir que el agua es 100% limpia.
En algunos países áridos, donde hay muy poca agua disponible, la desalación de agua de mar puede representar el sector industrial que más energía consume. Por ello, el uso de energías sostenibles para alimentar los procesos de tratamiento es una alternativa atractiva a los combustibles fósiles. Las plantas combinadas de energía y desalación (también conocidas como desaladoras híbridas) son un ejemplo de infraestructura para producir agua potable y electricidad. Este tipo de plantas, suministradas con energías limpias, mejora la eficiencia y reduce los costes de la producción de agua desalada.
En el mercado de las aguas residuales, un salto importante es que las aguas residuales están siendo reconocidas ya como una fuente potencial de energía y no como un mero flujo de residuos. En varios países las empresas de suministro de agua están trabajando para convertirse en energía neutra; generando la cantidad de energía necesaria para sus operaciones.
En general, las energías renovables ayudan a satisfacer la necesidad de recursos de una manera sostenible. Gracias a sus características inherentes, estas tecnologías ofrecen soluciones sostenibles para aprovechar las sinergias entre los sectores energético e hídrico, y así mejorar la optimización de los recursos, fomentar el desarrollo económico y beneficiar a las comunidades. También beneficia de otras maneras:
• Reduce la dependencia de los combustibles fósiles, lo que aumenta la seguridad energética y mejora la fiabilidad y seguridad de las cadenas de suministro de agua y energía.
• Disminuye los costes de los servicios, aumentando el acceso al suministro de agua y energía.
• Permite una gestión más eficiente de los recursos.
• Mejora el acceso al agua y la energía en zonas remotas, generando impactos positivos en toda la cadena de valor económica.
• Permite un mejor acceso a los servicios energéticos modernos.
• Reduce la huella de carbono en todos los sectores.
• Abre nuevas oportunidades para las economías verdes.
Reducir los costes y utilizar los recursos de forma más eficiente son demandas que se producen cada día en todo el mundo. En algunas partes, encontrar las tecnologías y técnicas adecuadas podría cambiar la vida de millones de personas, prácticamente de la noche a la mañana.
Las energías renovables son un cambio radical por sí mismas, pero cuando se combina con los procesos para obtener agua potable, los beneficios son extraordinarios. Desde la reducción de los precios de los servicios públicos en los suburbios hasta una infraestructura hídrica eficiente y escalable, incluso en los pueblos y ciudades más empobrecidos, la energía limpia tiene implicaciones positivas para todos.
Los beneficios sociales y económicos de acelerar las transiciones energéticas limpias son enormes, y los costes de la inacción son inmensos. Los efectos del cambio climático, ya casi universalmente reconocidos, agravan aún más estos retos. La resistencia frente a las catástrofes naturales y la búsqueda de servicios municipales más asequibles y sostenibles están impulsando la inversión en productos de energía renovable para la producción de agua potable.