Día Mundial del Agua 2024: Agua para la paz
La gestión del agua puede crear paz o desencadenar conflictos. Asimismo, puede generar vida o acabar con ella. El agua está en el epicentro del desarrollo sostenible y es fundamental para la supervivencia misma de los seres humanos. Por eso hoy, Día Mundial del Agua, nos unimos a las Naciones Unidas para poner de relieve este recurso como garante de la prosperidad y la paz internacional, pues el acceso al mismo está ligado a la seguridad global actual.
“Si las guerras de este siglo se diputaron por el petróleo, las guerras del próximo se librarán por el agua, a menos que cambiemos nuestro enfoque para administrar este recurso precioso y vital”.
Con estas palabras, Ismail Serageldin en 1995, parecía presagiar el futuro. En los últimos 20 años, se han registrado al menos 1.057 conflictos por el agua. Nos encontramos ante una crisis del agua social y políticamente condicionada, no resultante de la propia naturaleza del recurso, sino de su gestión. La cual está produciendo una serie de consecuencias negativas tanto en el medioambiente como en el ser humano y el resto de los seres vivos que habitan el planeta. A medida que crece la población mundial y aumentan los impactos del cambio climático, se está generando una mayor necesidad, dentro de cada país y entre ellos, de unirse para proteger y conservar nuestro recurso más preciado y, así, garantizar la paz.
La salud pública y la prosperidad, los sistemas alimentarios y energéticos, la productividad económica y la integridad ambiental dependen del buen funcionamiento y la gestión equitativa del ciclo del agua. Cuando esta escasea o está contaminada, o cuando las personas tienen un acceso desigual o nulo, pueden aumentar las tensiones entre comunidades y países. Entonces, ¿qué papel juega el agua en los conflictos?
El Pacific Institute, think tank que analiza la situación mundial del agua, distingue tres tipos de conflicto según el rol del agua en ellos: desencadenantes, cuando el recurso es la causa del conflicto; armas, cuando el control sobre el mismo se convierte en un instrumento de conflicto; o víctimas, cuando los recursos hídricos se ven dañados por lo acontecido en el enfrentamiento en cuestión. Igualmente, las tres categorías se pueden ver combinadas en un mismo conflicto y variará en función del país, economía, política o geografía.
Los ataques contra infraestructuras civiles, incluidos los sistemas de abastecimiento de agua, suponen un gran riesgo para la salud humana e incumplen el derecho internacional humanitario. Este recurso puede considerarse un factor multiplicador en escenarios complejos de conflicto o fragilidad, cuando la incapacidad de un gobierno para prestar servicios básicos relacionados con el agua conduce a una deslegitimación de las instituciones del estado.
Actualmente, el agua es considerada un recurso estratégico y se ha convertido en una cuestión de política mayor donde todos los acuerdos o iniciativas de paz deben incluirla como tema principal.
Contribuyendo a un mundo mejor
Para reducir los conflictos por el agua afrontando el problema desde la escasez hídrica es necesario coordinar el desarrollo de técnicas que busquen y aumenten los recursos de agua, a nivel nacional, regional e internacional. En Almar Water Solutions impulsamos el progreso abordando el desafío más importante de nuestro planeta: el acceso al agua.
Somos conscientes de la importancia que tiene este recurso para alcanzar la paz y la prosperidad de la sociedad. En este sentido, desarrollamos soluciones de agua no convencionales que son eficientes para lograr la seguridad hídrica; así como, compatibles con el medioambiente para hacer frente a la crisis del agua a la que nos enfrentamos.
Con la desalación y el reúso podemos ayudar en el equilibrio de las necesidades relativas de todos y apoyar a estabilizar el mundo. Además, es necesario fomentar el aprovechamiento justo y sostenible del agua, así como situar la cooperación en esta materia en el centro de las acciones políticas. El agua puede constituirse como una herramienta para la paz cuando las comunidades y los países cooperen en torno a este recurso compartido.
La gestión del agua puede crear paz o desencadenar conflictos. Está en nuestra mano decidir qué elegimos.
Es el momento de contribuir para un mundo mejor.